Correr no es simplemente cuestión de piernas; también debes
entrenar tu tren superior. Los beneficios de un buen trabajo y tono a nivel muscular
son diversos, pero nosotros queremos mostraros los más claros e importantes:
Función estabilizadora de la columna
Durante la carrera, continuamente estamos desequilibrando el
organismo, sin la acción de los músculos erectores de la columna y los músculos
intercostales sería imposible mantener una postura erguida, por lo que hay que
tener en cuenta que estos músculos están funcionando. No sólo trabajan para
mantener el componente vertical, sino también el horizontal. Durante la
traslación del cuerpo hacia delante, se provoca una pequeña torsión de la
pelvis que provoca una inestabilidad en la zona abdominal y torácica, los
músculos del tren superior se contraen y relajan ligeramente para corregir esta
torsión en cada paso y mantener al corredor estable. Los brazos también
contribuyen a esta labor estabilizadora, sirviendo de contrapeso cada vez que
avanza la pierna contraria y aumentando la estabilidad del corredor y su
técnica de carrera cuando sus hombros están fuertes. En definitiva, los
músculos del tren superior suponen un gasto energético en el organismo. Los
músculos del tren superior trabajan y suponen un gasto durante la carrera; y el
rendimiento de un atleta se ve estancado cuando la zona menos entrenada de su
cuerpo se fatiga, que no suelen ser las piernas (concepto llamado por muchos
autores como “cadena débil”).
Función en el consumo de oxígeno
El trabajo muscular del tren superior se encarga de
ensanchar y achicar nuestra caja torácica en cada respiración, es decir, la
musculatura superior va a influir directamente en nuestro consumo de oxígeno
mientras corremos.
Función de transmisión de fuerzas
El core (cintura lumbar) participará en la transmisión de
fuerzas para conseguir una zancada eficiente, en otras palabras, se encargará
de comunicar nuestro tren superior con el inferior.
Por otro lado, también va a influir en la postura, en la
estabilización del organismo y la colocación de la postura correcta para
conseguir una transmisión de fuerzas eficaz y una carrera más económica
energéticamente hablando.
Pero todos estos conceptos pierden cierta importancia si no
trabajamos a la vez la técnica de carrera. Un buen movimiento de brazada al
correr, teniendo en cuenta que los brazos son los encargados de compensar los
desequilibrios causados por los movimientos de las piernas y el desplazamiento
de la cadera, nos permite conseguir un máximo desplazamiento y con el mínimo
gasto energético. Además de los beneficios que tiene en cuanto a la prevención
de posibles lesiones.
Tong, T.,
Shing, W., Jinlei, N., Baker, J. y Lin, H. (2014). The occurrence of coremuscle fatigue during high-intensity running exercise and its limitation toperformance: the role of respiratory work. Journal of sports science &medicine, vol. 13, Issue 2.
Puleo, J., Milroy, P. (2010). Anatomía del corredor.
Editorial TUTOR.
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