jueves, 8 de enero de 2015

La importancia del tren superior en el Running


Correr no es simplemente cuestión de piernas; también debes entrenar tu tren superior. Los beneficios de un buen trabajo y tono a nivel muscular son diversos, pero nosotros queremos mostraros los más claros e importantes:

Función estabilizadora de la columna
Durante la carrera, continuamente estamos desequilibrando el organismo, sin la acción de los músculos erectores de la columna y los músculos intercostales sería imposible mantener una postura erguida, por lo que hay que tener en cuenta que estos músculos están funcionando. No sólo trabajan para mantener el componente vertical, sino también el horizontal. Durante la traslación del cuerpo hacia delante, se provoca una pequeña torsión de la pelvis que provoca una inestabilidad en la zona abdominal y torácica, los músculos del tren superior se contraen y relajan ligeramente para corregir esta torsión en cada paso y mantener al corredor estable. Los brazos también contribuyen a esta labor estabilizadora, sirviendo de contrapeso cada vez que avanza la pierna contraria y aumentando la estabilidad del corredor y su técnica de carrera cuando sus hombros están fuertes. En definitiva, los músculos del tren superior suponen un gasto energético en el organismo. Los músculos del tren superior trabajan y suponen un gasto durante la carrera; y el rendimiento de un atleta se ve estancado cuando la zona menos entrenada de su cuerpo se fatiga, que no suelen ser las piernas (concepto llamado por muchos autores como “cadena débil”).

Función en el consumo de oxígeno
El trabajo muscular del tren superior se encarga de ensanchar y achicar nuestra caja torácica en cada respiración, es decir, la musculatura superior va a influir directamente en nuestro consumo de oxígeno mientras corremos.

Función de transmisión de fuerzas
El core (cintura lumbar) participará en la transmisión de fuerzas para conseguir una zancada eficiente, en otras palabras, se encargará de comunicar nuestro tren superior con el inferior.
Por otro lado, también va a influir en la postura, en la estabilización del organismo y la colocación de la postura correcta para conseguir una transmisión de fuerzas eficaz y una carrera más económica energéticamente hablando.
Pero todos estos conceptos pierden cierta importancia si no trabajamos a la vez la técnica de carrera. Un buen movimiento de brazada al correr, teniendo en cuenta que los brazos son los encargados de compensar los desequilibrios causados por los movimientos de las piernas y el desplazamiento de la cadera, nos permite conseguir un máximo desplazamiento y con el mínimo gasto energético. Además de los beneficios que tiene en cuanto a la prevención de posibles lesiones.

Puleo, J., Milroy, P. (2010). Anatomía del corredor. Editorial TUTOR.

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